No se puede enseñar a leer aborreciendo. Las familias y la escuela comparten esta hermosa finalidad, y, para ello, mimemos cada momento que le dediquemos. Usemos todos los medios al alcance: chistes, fábulas, carteles, letreros, cartas, invitaciones, propaganda, fábulas, leyendas, versos, poemas, cuantos, periódicos, notas, cómics, revistas, listas, anuncios, etiquetas,....cualquier texto que caiga en nuestras manos, si es compartido, atraerá la curiosidad de vuestras hijas e hijos y les incitará a descifrar sus mensajes. Aprovechemos cada oportunidad, siempre a modo de juego, de complicidad, de reto, ... al servicio del disfrute.
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Una palabra bien elegida puede economizar no sólo cien palabras sino cien pensamientos.Henri Poincaré