miércoles, 2 de enero de 2019

Jugar a leer. Leer jugando. Complementos silábicos

La lectura es un proceso rico y complejo, cuyo ritmo de aprendizaje debe respetarse. Leer no consiste en identificar letras ni sílabas y depende, directamente, de la voluntad y del deseo lector, por lo que resulta contraproducente saturar al aprendiz.
Como siempre he sostenido, tan importante como "aprender a leer" es "aprender a amar la lectura",-si no es, incluso, más.
Las habilidades lectoras son imprescindibles para alcanzar el éxito escolar, de manera que no debemos tomarnos este proceso a la ligera, sino concederle la máxima importancia, abordar su enseñanza con esmero y mimo, proporcionando al alumnado los tiempos que sean necesarios,  desde todos los ángulos que la enriquezcan y con todas las claves o apoyos que así lo faciliten.

Por ello, en clase, abordamos la lectoescritura a través de actividades y significados compartidos, contextualizados y muy participativos. Se trata de que niñas y niños lean y escriban enunciados con sentido propio y reconocible; a partir de cuentos, narraciones, poemas, canciones, debates, puestas en común, lluvias de ideas, conclusiones, propuestas, planes, votaciones, etc. del día a día.

También, y sin desmerecer esta propuesta metodológica, podemos complementar este aprendizaje, proporcionando, de manera ocasional, momentos para el Entrenamiento Silábico, evitando la reprobación y la censura que podrían alimentar al desánimo y al hartazgo.
El error será una magnífica fuente de aprendizaje, por lo que no debemos reprocharlo, sino emplearlo para avanzar, reconociendo el esfuerzo y valorando positivamente el empeño infantil.
Nuestro objetivo es responder ante la voluntad y el sentido de la curiosidad de las niñas y los niños, en el marco de una actividad lúdica. A la mínima señal de cansancio, debemos cesar este tipo  de entrenamiento, puesto que nuestro objetivo es avanzar en el aprendizaje de la lectura, no en conseguir que el alumnado la aborrezca. Si el agotamiento se produce antes de los diez minutos, debemos tener en cuenta esa medida y fijarnos ese rango para respetarlo en sucesivos momentos, con ayuda de una alarma, pero no de un cronómetro, porque no se trata de una carrera ni de una cuenta atrás.
Combinar lectura y dibujo es una magnífica propuesta. Incluso, la elaboración de pequeños "diccionarios" silábicos.

Aquí consigno algunos enlaces para favorecer un poco de entrenamiento silábico. 
No hay más que pulsar sobre la palabra que resalto para dirigirse al recurso que indica. 







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Una palabra bien elegida puede economizar no sólo cien palabras sino cien pensamientos.Henri Poincaré